Ante la tarea –y el reto- de insertarse laboralmente, la persona con discapacidad busca en su entorno social (familiares, profesionales, amigos) un apoyo que le permita, además de mantener y –a veces- buscar una motivación, lograr que el estrés que ya siente, por salir de su zona de confort, no se incremente.
Con mayor peso, aún, que en el caso de las personas sin discapacidad, las personas discapacitadas tienen que afrontar diversos factores y dificultades en la búsqueda de un puesto de trabajo. Por este motivo, se debe facilitar a las personas con discapacidad –y también a sus familias- estrategias y herramientas que faciliten su inserción laboral. Este proceso abarca las fases de formación, integración y seguimiento. En el desarrollo de toda esta tarea no sólo están implicados la persona con discapacidad y el centro especial de empleo (CEE) o la empresa que le contrate. También compete a todo un conjunto de agentes que interrelacionan entre sí: la familia, el equipo técnico (preparadores laborales, profesionales de formación inicial, psicólogos…) y el contexto socioeconómico y legal.
Papel de la familia
En la evolución vital de la persona con discapacidad –donde, evidentemente, se incluye la inserción laboral- al familiar le corresponde el rol de ir alimentando la autonomía e independencia del individuo. Después de ayudarle a ajustar sus expectativas personales, la persona con discapacidad irá percibiendo como su propio control sobre su entorno le va permitiendo alcanzar mayores cotas y cuotas de autodeterminación.
En la consecución de esta autodeterminación, la familia puede apoyar a través de estas acciones:
- Comenzando por la protección para llegar a la independencia.
- Dando a la persona con discapacidad la posibilidad de asumir riesgos.
- Subrayando la importancia de la autoestima y la autoconfianza en el desarrollo personal de la persona con discapacidad.
- Hablando, sin tapujos, a la persona con discapacidad, ayudándole a aceptar limitaciones y empoderando capacidades.
- Resaltando la importancia de lograr metas.
- Creando oportunidades de interacción con personas de diferente tipología, similares a las que la persona con discapacidad encontrará en su ámbito de trabajo.
- Marcar expectativas laborales realistas.
- Facilitando la asunción de responsabilidades, tanto en el éxito como en el fracaso.
- Dando la opción de decidir sobre cuestiones importantes y respetando esas decisiones