Conciliar vida personal y profesional en un CEE

Es evidente: la receta para que una persona con discapacidad pueda alcanzar una integración total en la sociedad, comienza por ayudarle a alcanzar su autonomía, incentivando su interrelación con otras personas y manteniendo una actividad diaria que permita su realización como persona. Gran parte de esta hoja de ruta pasa por tener un trabajo y los centros especiales de empleo (CEE) cumplen un rol fundamental en ello. Sin embargo, en el día a día de esta labor, a menudo surgen dificultades para que el trabajador del CEE pueda conciliar vida laboral y vida personal.

En un centro especial de empleo suelen trabajar personas con diversas discapacidades (físicas, motoras, sensoriales, intelectuales o mentales). El trabajo de un CEE no es sólo integrar laboralmente a estas personas. También hay una importante labor de adaptar el puesto de trabajo a la realidad y necesidades de estas personas.

Una tarea para la Administración y para el CEE (o la empresa)

Todos lo sabemos. Para un trabajador empleado en el mercado laboral convencional conciliar, a menudo, se convierte en una labor harto complicada. Para un trabajador empleado en un Centro Especial de Empleo, debido a sus propias circunstancias personales, estos problemas se ven multiplicados. Y, en este contexto, muchos trabajadores se ven empujados a tener que renunciar a tener una vida laboral autónoma… elemento éste absolutamente fundamental en la consecución de una vida plena e integrada en la sociedad.

La imposibilidad de poder conciliar responsabilidades personales y laborales –algo que afecta especialmente a las mujeres- suele estar siempre presente. Por esta razón se debe trabajar, tanto desde la Administración como desde los CEE´s y las empresas, para conseguir una conciliación real y efectiva de los trabajadores.

El caso particular de los trabajadores con discapacidad

Por lo que respecta a la Administración y a los trabajadores con discapacidad integrados en las plantillas de CEE´s y empresas, las medidas a implementar deberían ser las siguientes:

  1. Consolidar –y hacer cumplir- la normativa ya existente en torno a las áreas de conciliación, familia y discapacidad. En este sentido, se deberían aprobar inversiones que reforzaran la atención a las personas dependientes, lo que facilitaría que estas no tuvieran que abandonar sus puestos de trabajo ante la imposibilidad de conciliar.
  2. Contemplar la discapacidad, como supuesto, dentro del Estatuto de los Trabajadores. De esta manera el trabajador con discapacidad podría adaptar su jornada laboral a sus necesidades de conciliación. El desarrollo de este marco legal permitiría, al trabajador con discapacidad, organizar su jornada de trabajo y descansos para hacerlos compatibles con la conciliación.
  3. Evaluar las circunstancias de conciliación del trabajador con discapacidad. De esta manera se podrían establecer mejoras sobre la situación actual y, si fuera necesario, establecer sanciones por el incumplimiento de la legalidad vigente.
  4. Favorecer y gratificar a los centros especiales de empleo –y también a las empresas- que, más allá de lo establecido en la legislación, introduzcan mejoras que faciliten la conciliación al trabajador con discapacidad.

En lo concerniente a los centros especiales de empleo y a las empresas, deberían:

  1. Evaluar en qué medida los trabajadores muestran satisfacción con la aplicación de unas determinadas políticas de conciliación. Esto puede hacerse a través de encuestas o entrevistas personales.
  2. Implantar, dentro del departamento de recursos humanos, la figura del experto en conciliación. La formación de esta persona –a ser posible con conocimientos, si fuera necesario, en discapacidad- permitiría, incluso, crear planes personalizados y equitativos para los trabajadores.
  3. Crear un Comité para la Conciliación y Racionalización de Horarios. Este órgano permitiría detectar necesidades especiales de conciliación.
  4. Reforzar las medidas de conciliación con el diseño de horarios flexibles y personalizados; fomento del teletrabajo, siempre que fuera posible; ampliación de los días/horas de vacaciones o dedicados a asuntos propios.

La importancia de la flexibilidad laboral y el control de horarios

Queda claro que estos dos elementos son pilares fundamentales en las estrategias de conciliación aplicadas en un CEE´s. Una mejor organización de los tiempos y de los descansos permitirá, al trabajador con discapacidad, poder compatibilizar el derecho a la conciliación de su vida personal, familiar y laboral. También, mejorar su índice de productividad dentro de su puesto trabajo en el CEE.

Será importante tener en cuenta que la distribución irregular de las horas de trabajo se debe concretar, en cada caso y atendiendo a las necesidades de servicio, respetando los límites fijados por la legislación. Por ejemplo, no se podrá obligar al trabajador a realizar horas extras que no hayan sido previamente autorizadas. En todo caso, los mecanismos de compensación de la variación de horas se acordarán entre las partes para el posterior ajuste de la jornada, reduciendo o ampliando la misma según el caso.

Así, y tal y como dicta la normativa “se respetarán los límites establecidos por la ley y las diferencias derivadas de la distribución irregular de la jornada quedarán compensados preferentemente en el año natural o durante el mes de enero del siguiente año. La prolongación de la jornada consecuencia de esta distribución irregular, no podrá en ningún caso aplicarse a aquellas personas cuya presencia esté limitada por razones reconocidas de salud laboral, cuidado de menores, embarazo o periodos de lactancia”.

El entorno laboral, vital para integrar

Conciliar es importante –más, si cabe, en el caso del trabajador de un CEE-. Tan importante como tener un entorno laboral que permita a la persona sentirse realizada. Por esta razón, a la hora de establecer políticas de conciliación dentro de un CEE, los gestores del centro deben observar que, de igual manera que tienen que ofrecer a sus trabajadores un entorno laboral en el que se respeten sus circunstancias personales y laborales, también tienen que hacer sentir a sus trabajadores que los cuidan.

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